La Universidad de Medellín está desarrollando un proyecto de investigación pionero que busca ofrecer una solución ambiental al desmesurado crecimiento del buchón de agua en la represa de Hidroituango.
Desde hace aproximadamente seis años, la universidad ha trabajado en la transformación de esta planta invasora, que ha cubierto más de 110 hectáreas, afectando el 3.4% de la superficie de la represa, y generando problemas graves en el ecosistema local y en las actividades económicas relacionadas con la navegabilidad y la fertilidad de los suelos.
Este ambicioso proyecto se enfoca en convertir el buchón de agua, que prolifera rápidamente debido al exceso de nutrientes en el agua, en biofertilizante. Elizabeth Flórez Yepes, vicerrectora de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Medellín, explicó que el equipo de investigadores, en una nueva etapa, está llevando a cabo un trabajo de campo que incluye la recolección y el procesamiento de esta planta. “No solo estamos removiendo la planta de la represa, sino que estamos transformando este residuo en un biofertilizante que aportará a la economía circular de la región”, señaló.
Uno de los objetivos centrales del proyecto es la economía circular, según un memorando de entendimiento firmado entre la Universidad de Medellín y Empresas Públicas de Medellín (EPM). Ambas instituciones se han unido para caracterizar los residuos presentes en la represa, incluyendo plásticos, madera y basura, además del buchón de agua, con el fin de reutilizarlos y darles valor agregado.
Nancy Acelas, docente de la Facultad de Ciencias Básicas de esta Institución, destacó la versatilidad del buchón, que, además de ser transformado en fertilizante, “tiene la capacidad de remover fósforo de aguas residuales y, una vez procesado, se convierte en un recurso útil para mejorar los suelos”.
Las investigaciones de la UdeMedellín han demostrado que el buchón puede inmovilizar metales pesados presentes en el agua y reducir la eutrofización, un fenómeno causado por el exceso de nutrientes que evita la penetración de la luz y provoca la muerte de flora y fauna en la fuente hídrica. De otro lado, con estos avances científicos no solo se va a mejorar la calidad del agua, sino también revitalizar el campo en las áreas cercanas, donde la infértil tierra ha dificultado el cultivo.
Además de los impactos ambientales, el proyecto también considera la dimensión social. Acelas subrayó que la universidad busca que las personas que actualmente trabajan en la remoción mecánica del buchón de agua no pierdan sus empleos. “Queremos que la comunidad se beneficie directamente de esta investigación. Les enseñaremos cómo transformar el buchón de agua en un recurso útil, lo que no solo mejorará sus suelos, sino también sus oportunidades económicas”, afirmó.
María Angélica Forgionny, también docente de la Facultad de Ciencias Básicas, explicó que el proyecto ya ha iniciado la fase de movilización de docentes para llevar el conocimiento científico a la comunidad. “Es crucial que los habitantes comprendan que este tipo de investigación puede impactar de manera positiva sus vidas, ofreciéndoles soluciones que protejan el ambiente y mejoren sus medios de vida”.
Este innovador proyecto marca un hito en la región, donde la UdeMedellín, en colaboración con EPM, está posicionada como un actor clave en la lucha contra la proliferación del buchón de agua y en la promoción de una economía sostenible.