23 de marzo de 2023
Un sueño en el que el papá de la documentalista y docente de la UdeMedellín, Ángela Carabalí, le pidió que lo encontrara tras su desaparición hace 30 años, motivó no solo una búsqueda sino también la creación de una producción audiovisual que hoy está en marcha.
Así es como se fue creando ‘No nos dejaron volver’ (Will they ever come back?), un largometraje autobiográfico que narra la búsqueda que hace la docente y su hermana, con un viaje de Medellín al norte del departamento del Cauca.
“Mi papá era un agricultor afrodescendiente que cultivaba arroz en tierras indígenas, en una tierra muy compleja que está asociada a problemas sociales y control de bandas criminales. A él le robaron sus tractores, se puso a investigar y lo desaparecen”, narró Ángela Carabalí.
Ese sueño de encontrar a su papá y de culminar el documental siguen gracias al apoyo de varios fondos que la producción ha venido ganando. Recientemente la docente fue seleccionada por el American Film Showcase (AFS) para asistir al Festival de Cine Documental de Big Sky, que se hizo en Montana, Estados Unidos, junto con otros nueve directores de documentales alrededor del mundo.
La profesora de la asignatura Realización Documental en la Facultad de Comunicación de la UdeMedellín también participó en el panel coordinado por AFS ‘Global Documentary Filmmaking: Challenges and Opportunities’ donde tuvo la oportunidad de conversar con tres directores de Kenia, Vietnam y Jordania, respectivamente, sobre las oportunidades y los retos para los documentalistas del mundo. El evento facilitó también encuentros uno a uno con exponentes de la industria audiovisual, dónde los directores presentaron un ‘pitch’ de sus proyectos y así buscar aliados y posibles coproductores.
“Realmente es muy valioso contar con esos apoyos porque este proceso de hacer una película es bastante demandante, generalmente tienes que desarrollar muchas habilidades y dentro de esas conseguir los recursos, lo cual toma tiempo y tenerlos permite que uno pueda dedicarse a crear y a construir una pieza única, particular, inédita y poder hacer unas apuestas estéticas con mucha más seguridad”, destacó.
Además de los desafíos de consecución de recursos y encontrar una propuesta estética para narrar una historia relacionada con el conflicto armado colombiano, la docente enfrentó un reto emocional “porque narra una historia familiar que es dolorosa, que aún duele y que no se ha solucionado, no se ha resuelto, es bastante fuerte porque es indagar todos los días en una herida que está abierta”.
En este 2023 se terminará de filmar más escenas y se espera que luego de la posproducción pase a participar en varios festivales internacionales y llegue a las salas de cine en 2024.