La comunidad transgénero de Medellín tiene dificultades para encontrar ropa a su medida que les haga sentir cómodos, por lo que es necesario un mercado de vestuario inclusivo y respetuoso con todas las identidades de género. Esa es una de las conclusiones de una investigación liderada por la Universidad de Medellín.
“La primera problemática que vemos es que la oferta actual que hay en el mercado no se ajusta a las necesidades de esta población y también que el vestuario ha sido relegado a algo de una tendencia o una moda, se ha alejado de lo esencial que es el vestuario, que es esa segunda piel que nos acompaña día tras día y nos ayuda conocernos y a reconocernos tanto a nivel individual como social”, explicó Sandra Milena Palacio López, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas y quien hace esta investigación como parte del Doctorado en Comunicaciones de la UdeMedellín.
Para este estudio se aplicaron las historias de vida como técnica de investigación, se realizaron ciclos de entrevistas con varias personas de esta comunidad en Medellín y se desarrolló una herramienta que permitiera identificar el significado atribuido al vestuario en cada uno de los momentos a través de los cuales se construye identidad.
Los resultados determinaron que hay una oferta limitada de ropa para sus cuerpos. “Por ejemplo, las personas transgénero, cuando hacen el tránsito de mujer a hombre, si bien vemos que la industria tiende a apoyar a la comunidad, a nivel de oferta no se encuentran zapatos de una talla de 43 o una talla de más de 40, entonces las mujeres transgénero no se encuentran reflejadas en esa oferta, tanto en tamaño como en volumen”, explicó Palacio López.
Una situación similar ocurre con los brasieres para las mujeres trans, debido a que sus corporalidades son diferentes. “El ajuste que tienen los binder (faja para comprimir los pechos) son incómodos, es lo que se conoce en la industria como la ropa dolorosa, entonces no se encuentra esa comodidad y antes lo que hace es seguir reflejando esas problemáticas que ellos tienen y esa discriminación que encuentran en la industria del vestuario”, explicó la docente.
Por su parte, los hombres trans tienen problemas para encontrar pantalones porque son por lo general muy largos o requieren intervención en la cintura. Además, la investigación halló que las y los trans pueden usar prendas que demoran más de 10 años en rotarse debido a esa poca oferta de la industria de la moda.
Debido a esta problemática, indicó el estudio, tanto los hombres como las mujeres trans deben mandar a hacer su ropa y zapatos. Entre sus gustos, por ejemplo, se destaca un gusto especial para que se resalten mucho las caderas.
Frente a estas problemáticas halladas, la investigación propone que tanto la industria como la sociedad deben superar los estereotipos con esta población. “Cuando ellas y ellos ya encuentran en el vestuario ese amigo y ese aliado, más que rotación (de ropa) hay un disfrute con el mismo vestuario”, concluyó la docente.